Cómo los insectos revelan cuándo sucedió una muerte
30 octubre 2015
La entomología forense es el estudio de los artrópodos asociados con cadáveres para aportar evidencias científicas asociadas al escenario de la muerte.
El nacimiento del concepto entomología médico criminar fue datado en el año 1235 en China, debido a la publicación del primer manual de medicina legal que hacía referencia, en este caso, al homicidio de un labrador degollado con una hoz, escrito por Sung Tz’u («The Washing Away of Wrongs».
La resolución del caso se basó en el estudio de todos los labradores, los cuales depositaron sus heces al aire libre con el objetivo de ver a cuál de ellas acudían las moscas a causa de los restos de sangre que habían quedados adheridos al instrumento del crimen. Realizando un control de insectos pudieron observar que solo acudían a una de las defecaciones, lo cual apuntó al asesino.
Generalmente, esta ciencia ayuda a esclarecer el tiempo de la muerte, a conocer si el cadáver fue trasladado, así como a describir características de la zona de procedencia.
Los parámetros métricos estiman el tiempo trascurrido desde la muerte cuando no supera las 72 horas, pasado este tiempo será la entomología forense quien pueda ofrecer con más exactitud el intervalo postmorten. Puede conocerse por dos vías: la edad de las larvas y el ciclo de desarrollo en el que se encuentran; y la sucesión de insectos presentes durante el periodo de descomposición del cadáver. Ambos métodos pueden estudiarse se con independencia o de forma conjunta. Aunque, en términos generales cuando el cuerpo se presenta en fases incipientes de descomposición se tiene en cuenta la primera metodología.
Durante las primeras semanas de fallecimiento, los profesionales estudian el tamaño de las primeras especies colonizadoras, siendo el control de moscas y concretamente las larvas. Cuanto mayor sean los insectos, más tiempo llevará el cuerpo sin vida. Las especies pioneras en el escenario son las moscas metalizadas verdes o azules, de la familia Calliphoridae, y las Sarcophadidae, atraídas por el olor que genera la liberación de gases.
Cuando trascurren varias semanas la entomología se centra en la sucesión de animales que ocupa el fallecido, pues cada fase de la descomposición atrae selectivamente a un grupo de animales. Los primeros en llegar son los insectos necrófagos, como se ha comentado, posteriormente los depredadores y parásitos (como los ácaros y garrapatas), con el tiempo llegan los omnívoros (hormigas y avispas, entre otros), y a esta secuencia le siguen los accidentales (generalmente arañas, libélulas y mariposas).
El listado de la sucesión de los 30 artrópodos que colonizan un cadáver fue recogido en el libro francés Orfila del año 1848, aunque fue Bergeret (1885) quien tiene el mérito de aplicar el conocimiento en los casos criminales. Hasta la década de los ’70 del pasado siglo, no se aplicó con asiduidad esta disciplina.