Cómo llegan las bacterias fecales a los alimentos
26 marzo 2013
Los trabajadores de bares y restaurantes de EE.UU. tienen la obligación legal de lavarse las manos después de los descanso o de haber acudido al servicio. Y es que los trabajadores que manipulan alimentos y no se lavan las manos son responsables del 39% de las infecciones alimentarias que se registran en EEUU.
En España, prácticamente existen las mismas recomendaciones de desinfección en materia de seguridad alimentaria con el fin de evitar la contaminación de los alimentos en lugares públicos.
Algunas cadenas de restaurantes, como McDonalds, hacen del lavado de manos un ritual: “Antes de entrar en cocina, el personal se lava las manos y los antebrazos con un jabón bactericida durante al menos 20 segundos, tiempo mínimo aconsejado”.
Las recomendaciones de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), se extienden también al ámbito del hogar: «lavarse las manos antes de preparar alimentos y después de ir al baño; lavar cuidadosamente todas las superficies y el menaje usado durante la preparación de la comida, proteger los alimentos y la cocina de insectos, mascotas y otros animales, y guardar los alimentos en recipientes cerrados».
La contaminación alimentaria es causada principalmente por bacterias y virus de origen fecal, hongos, parásitos, contaminantes tóxicos naturales, ambientales (mercurio, cadmio, etc.) o agrícolas (pesticidas, fertilizantes, etc.) e incluso de los propios envases de plástico o de metal pueden llegar a contaminar los alimentos. Sin embargo, mantener una higiene diaria puede reducir los porcentajes de infección en un 50%. Por ejemplo, lavándote las manos con jabón adecuado durante treinta segundos puede reducir entre el 50-65% el contagio de patologías infecciosas.
Lavado adecuado de manos
- Lavar las manos siempre con abundante agua y jabón, durante al menos veinte segundos (equivale a cantar dos veces “Cumpleaños Feliz”).
- Frotar las palmas entre sí, así como entrelazar los dedos.
- Hacer hincapié en el lavado de las yemas de los dedos y muñecas.
Secar las manos con papel desechable. Se desaconseja utilizar secadores de mano, pues favorecen la supervivencia de los patógenos.